Salimos de Shangai para visitar Suzhou, un pueblo de unos seis millones de habitantes que sin embargo sigue siendo un pueblo y sigue guardando aquella imagen de China que temía hubiese desaparecido. Suzhou se conoce por las encandecientes descripciones que de ella hizo Marco Polo.
Llamada la Venecia de Oriente, Suzhou no es un barrio milagrosamente sobrevivido a la destrucción de la modernidad sino una ciudad inmensa, sembrada de barrios y barrios que siguen viviendo congelados en el pasado…
Aquí es donde se retiraban a descansar después de una vida política agitada y llena de conspiraciones los mandarines y prohombres de las dinastías Ming y Qing.
Cerrajeros, sastres, peluqueras, ebanistas, tiendecitas de todo género, baños comunitarios, es un mundo aparte que no necesita modernidad…
Barrio dejado a las decadencia se encuentran con otros en fase de frenético restauro…
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