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La práctica de vendar los pies……

LA HISTORIA
No se conoce con seguridad cuándo comenzó en China la práctica de vendar los pies. Sin embargo, muchos creen que comenzó durante la dinastí­a Han (206BC-220AD) y alcanzó la popularidad durante las Cinco Dinastí­as (907-960) y al principio de la dinastí­a Song (960-1279AD).

Hay muchas historias sobre el origen de esta práctica. La más conocida versa sobre una concubina del emperador Li Yu (937-978) , llamada Yaoniang. Tení­a fama de realizar maravillosamente la Danza del Loto sobre una plataforma de oro. Esta danza requerí­a vendar sus pies con un paño de seda blanco, de modo que sus pequeños pies adoptasen la forma de una media luna. Al parecer, los pies vendados realzaban la belleza de la danza, y su pequeñez hací­a que fuesen doblemente admirados. Con ello, el vendaje de pies comenzó en palacio. Comenzó practicándose en las clases altas, para luego extenderse al resto de China y al resto de clase sociales, como medio para asegurarse un buen matrimonio. El vendaje perdurá más de un milenio, hasta ya entrado el siglo XX. La historia sobre Yaoniang también explica por qué se llamaba a los pies vendados el “Loto Dorado”.


Jóvenes de clase media con los pies vendados

EL PROCEDIMIENTO
Un par perfecto de lotos de oro debí­a medir unos 7 cm de largo, y ser pequeños, estrechos, puntiagudos, y arqueados. La meta del vendaje era juntar los dedos del pie con el talón de modo que el pie pudiera formar un arco. Si el vendaje estaba bien hecho, el tobillo serí­a empujado hacia adelante, por lo que el pie estarí­a en una posición vertical. El propósito de esto era cambiar la posición del cuerpo, de modo que siempre que caminase una mujer, sus nalgas se movieran para apoyar el la parte superior del cuerpo. El efecto es similar a usar zapatos de tacón alto.
Á¿ qué edad comenzaba?

A las muchachas se les comenzaba a atar los pies de los 5 a los 8 años. En la China norteña, en lugares como Shanxi y sus áreas vecinas, el vendaje se adelantaba a los 3 años. Para asegurar un proceso exitoso, previamente a la muchacha se le habrí­a obligado a llevar zapatos pequeños, muy apretados y puntiagudos, para frenar el desarrollo del pie. Esta preparación lleva el nombre de Chu Long, y podí­a durar desde un par de meses hasta un par de años. Generalmente, antes de que las muchachas fuesen vendadas, eran advertidas por sus madres: No importaba cuán doloroso fuera, no debí­an darse por vencidas. Si fracasaban en el proceso, no podrí­an sobrevivir en la sociedad cuando crecieran. La inmadurez de la niña, el peso de la tradición, la piedad filial tan caracterí­stica de China, y el miedo llevaban a las muchachas a no poner objeción al dolorosí­simo trance al que tendrí­an que enfrentarse.

El proceso del vendaje de pies se puede dividir en 4 etapas; su duración era de aprox. 3 años(en total):

La primera etapa se llama” shi chan”. El pie derecho se venda generalmente primero, seguido por el pie izquierdo. Deben ser lavados bien, y las uñas de los dedos de los pies deben ser cortadas lo más cortas posible. Después, la madre pone alumbre entre los dedos del pie para ayudar a la piel en el proceso de la contracción y para evitar que el pie se infecte y supure. Usando un vendaje, los dedos del pie son forzados a doblarse hacia la planta del pie. Para juntar el talón y los dedos del pie, el tenso vendaje oprime el pie hasta cubrirlo completamente. Sin embargo, el dedo gordo no es vendado, ya que será indispensable para no mermar completamente el equilibrio del cuerpo en el futuro, y su apoyo será necesario en la etapa de preparación del Loto de Oro. Los vendajes, después de que fueran apretados, se cosí­an. Sobre el pie se pondrí­a un par de zapatos puntiagudos, dando fin a la primera etapa.

Desde este momento entramos en pleno proceso de cambio de la morfologí­a del pie. Por eso, los zapatos debí­an cambiarse con frecuencia para evitar el crecimiento del pie. Esto sucedí­a cada dos semanas generalmente, siendo cada nuevo par de zapatos más pequeño que el anterior.

La segunda etapa se llamaba “shi jin”, y se extenderí­a durante más de medio año. El objetivo en esta etapa serí­a conseguir un pie más fino y estrecho. Estamos en plena etapa de contracción de la piel, lo que llevarí­a a los pies a sangrar y a supurar.

Cada tres dí­as, se retiraban las vendas, se desinfectaban los pies y volví­an a vendarse. Cada vez que fueran vendados, la presión del vendaje sobre el pie serí­a aumentada, con lo que el dolor serí­a también más intenso cada vez. Esto se debe a que, en esta etapa, el vendaje fuerza a los pies a formar una curva hacia la planta del pie.

La segunda etapa era la etapa más dolorosa. Dado que el pie ya no puede apoyarse plano sobre la tierra, incluso el menor contacto sobre él provocarí­a dolor (qué no harí­a el caminar). Sin embargo, en esta etapa la muchacha no puede venirse abajo; es la hora de aprender a caminar usando los talones.

La tercera etapa consiste en plegar el talón sobre la planta. Esta etapa se llama “jin chan”. Durante esta etapa, los músculos se contraen, la carne se pudre. Los dedos que en etapas previas se han doblado sobre la planta están ahora prácticamente muertos. Especialmente los dedos del pie que se doblaban debajo de la planta, en particular el dedo meñique, podrí­a desprenderse del pie.

La cuarta etapa se llamaba “guo wan”. El propósito en esta etapa era doblar aún más el pie para que pudiese formar un arco agradable. Este proceso llevarí­a cerca de seis meses. Además de usar el vendaje y los zapatos pequeños para apretar el pie, se usaba bambú para aumentar el arco del pie.

En China, no hace tanto que se erradicó esta costumbre, y aún quedan unos pocos centenares de ancianas (casi todas octogenarias) que llevan los pies vendados.

Aquí podéis ver alguna imagen.

Articulo escrito por Aorijia
Otra fuentes de Información: http://www.casaasia.es/